Periodista independiente, escritor, obras publicadas Protagonistas del Siglo en su segunda edición, Protagonistas del Siglo y Conozcamos a la Montañita. Fundador de los periódico El Caqueteño, Expresión Democrática, fundador y director del Programa radial Florencia Cien años de historia y en televisión regional, Lo Humano del Ser Humano. Recopilador de las obras escritas sobre temas afines del Caquetá, especialmente de autores caqueteños.
jueves, 5 de enero de 2017
UN RECORRIDO DEL PASADO
UN RECORRIDO DEL PASADO
Transcurría el tiempo silencioso por tierras caqueteñas, en el gobierno de Laureano Gómez, con rencores entre cachiporros y godos que habían llegado del interior del país a sanar heridas de la violencia política y encontrar sosiego en esta tierra de colonización que les brindaba forjar un mejor futuro para ellos y su familia.
La carretera que nos había dejado el conflicto colombo-peruano, entre Florencia y Montañita, inaugurada en 1945, era toda una aventura el viaje, en un mixto International, atiborrado de pasajeros y carga, parsimonioso en el andar por sobre peso, manejado por empíricos conductores que habían aprendido en los destartalados carros que habían quedado de la segunda guerra mundial, como Ciro Alberto Jaramillo, el negro Silvano, Joaquín Vega, Sebastían Méndez, Ignacio Herrera entre otros.
Los carros se estacionaban frente al hoy almacén Yep, en la Plaza Pizarro, a esperar los pasajeros que con sus morrales y costales iban cogiendo puesto a esperar que el primer piso y la capota como el segundo piso, para partir. No había horario y mucho menos revoleadores como hay hoy en el terminal de Florencia. Listo. Al prender el carro, el chofer, le indicaba a su ayudante, que lo hiciera con ese manubrio introduciendolo y luego darle manivela hasta que prendiera, con ese ruido estridente que producen las locomotoras del oeste americano.
La primera parada, se hacía en Pueblo Nuevo a recoger un campesino que llevaba la cría de cerdos para la vereda Maracaibo, entre chillidos del animal y la gritería de los humanos, la marcha continuaba hasta llegar a Campoalegre, caserío localizado cerca a la Normal. En esta parada, los jóvenes solteros que habían pasado la noche de rumba epicuresca, se bajaban a despedirse de la amada de la noche anterior. El tiempo no importaba a sus ocupantes, el consuelo cristiano los hacía sufrir pero no protestar. Como los fumadores de ese tiempo si podían prender sus cigarrillo pielroja y el humo en espirales se esparcía rápidamente, sin causar molestia a sus compañeros de viaje
.
Frente a los Molinos hoy, la minúscula carretera se abría a mano derecha, para llegar a la vereda la Batea, bordeando el río Hacha y luego llegar a la vereda el Gallo, próspera región florenciana y desembocar al hospital militar denominado Policarpa Salavarrieta, conocido como el hospital de Venecia, centro hospitalario que atendía gratis las consultas médicas a toda la población civil de la región.
De aquí al puerto de Venecia, no quedaba sino un suspiro, de esos que añoraban los militares acantonados allí, de las mujeres hermosas venían de todas partes a complacerlos en sus permisos y licencias. En este puerto sobre el río Orteguaza,era el punto de partida para militares y campesinos los primeros a conquistar victorias castrenses y los segundos a enfrentarse con la manigua, de esa que no la vemos, pero que existe como la honradez. De todo esto, solamente me queda los recuerdos y las esperanzas.
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