Periodista independiente, escritor, obras publicadas Protagonistas del Siglo en su segunda edición, Protagonistas del Siglo y Conozcamos a la Montañita. Fundador de los periódico El Caqueteño, Expresión Democrática, fundador y director del Programa radial Florencia Cien años de historia y en televisión regional, Lo Humano del Ser Humano. Recopilador de las obras escritas sobre temas afines del Caquetá, especialmente de autores caqueteños.
sábado, 3 de diciembre de 2016
LOS COMEDEROS DE LA PLAZA LA CONCORDIA
LOS “COMEDEROS” DE LA PLAZA LA CONCORDIA
Aunque no ha sido oficializado su nombre La Concordia, a través de un Acuerdo del Concejo de Florencia, este viene funcionando, desde cuando los desplazados por la violencia dada en San Vicente del Caguán, llegaron a Florencia, a principios de la década de los 50, cuando el Intendente Daniel Díaz Cabrera, culminó su construcción en 1953.
De aquella época era el sitio preferido de las señoras que concurrían, con su canasto hacer las compras del día y se aprovechaba para intercambiar novedades familiares, hoy llamado lugar de chismes y regresaban orondas a sus casas renovadas de noticias a contarle a su marido lo acontecido la noche anterior de que los otros esposos habían hecho.
Pero a partir cuando alcaldes y gobernadores son elegidos popularmente, es donde van a medir su aceptación para el cargo que aspiran llegar, con sus canastadas de mentiras creyendo que la plebe comen cuento y se llevan tamañas sorpresas en las urnas como le ocurrió al doctor Antonio Serrano Morales cuando aspiró a una de las tantas de conquistar la gobernación, que el día de las elecciones hacían fila para ir a votar en contra con el argumento de que si era gobernador la plaza desaparecía como centro de comercialización.
Además del obligado recorrido mañanero el desayuno era de obligatorio cumplimiento donde doña “Chela” Salguero invitado por el sacamicas mayor donde el menú era variado, longaniza a la parrilla, yuca cocida de la morada, caldo de pericos de sangre, caldo de cucha de la quebrada El Dedo, caldo de pajarilla (pero no la del políticos) de la genuina y para salir del paso solicitaba caldo de cucha disque es muy afrodisíaco.
Pero quien pagaba los platos rotos era la dueña del comedero porque le decía, tranquila chelita que ahora le pago y lo volvía a ver con un nuevo aspirante porque el anterior no cumplió la palabra de sacarlo de la bancarrota y él tampoco le pagó a chelita como la llaman cariñosamente.
Por más de tres décadas estuvo chelita atendiendo en su restaurante, aburrida de calmarle el hambre a muchos embusteros que la tramaban con cuentos tan raros que ella no le creía, pero le servía con tan buena voluntad, que Dios le pagaba por ellos, se dan cuenta los ateos que sirve para tantas cosas y ustedes negando que no existe, pero cuando el avión va fallando, recurren a él con tanta devoción que los salva de la muerte segura y queden vivos para que cuenta a los incrédulos.
Quien le compró el restaurante a doña Graciela Salguero, es la señora Maritza Lozada, en su inventario recibió una estufa de gasolina de dos puestos, una mesa de madera y 4 asientos de cuero y 6 platos esmaltados con tantas picaduras que ya no era esmaltado sino remendado, pero todo ese mobiliario ha sido reemplazado para ponerse a tono como los restaurantes de lujo que no sirven sino bonitos platos pero escasos de alimentos.
Como el restaurante se ha ensanchado tanto que tiene cinco mesas veinticinco asientos rimax, 6 empleadas que no dan abasto atendiendo a la vasta clientela dejada por Chela y la actual propietaria donde se requiere solicitar mesa con antelación y no someterse a estar parado que desocupen un asiento, mientras tanto sufrir de los empujones de los coteros con sus bultos, pero vale la pena la espera que queda como huilense en siesta.
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